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Banda: Bauhaus
Título: Reporte Del Coachella Music Fest
Autor: Rogelio Matamoros
Datos De Edición:
Revista No. 55 (Jun, 2005)
Gráfico De Portada:
Revista Barahúnda
 
 
 
 
Bauhaus
 
Coachella
 
Cuando se dio a conocer el cartel para esta edición del festival californiano, parecía que los grupos a presentarse lo harían tan entrañable, y probablemente más extraordinario que el del  pasado. Se anuncio a Coldplay y Nine Inch Nails como estelares, e insólitamente los organizadores procurarían juntar a varias agrupaciones del Postpunk británico, estas serían New Order y las reuniones de Bauhaus junto a la de Cocteau Twins, sin embargo, a principios de febrero Elizabeth Fraser  la cantante de esta última banda explicó que no tenía la menor intención de participar en la reunión. La noticia hizo que muchos desistieran de peregrinar a los campos de polo en Indio, California, sin embargo el peso de las bandas restantes, a escoger entre noventa y dos actos diferentes, continuaba siendo suficiente.

Lo más notorio desde el primer día fue que el infernal calor,. El ámbito musical empezó con los Raveonetes y su actualización al sonido de Jesus And Mary Chains. Las carreras comienzan y a quinientos metros se presenta The Kills, cuya vocalista por el estilo nos recuerda a Siouxie Sioux  con un trabajo de guitarra bastante acelerado. Otra caminata y de vuelta en el escenario principal para ver a Keane, se dice que podrían suceder a Coldplay si no fueran tan fresas. De regreso a las carpas había que atestiguar como recibía nuestro continente a los Stereophonics, adaptándose al pequeño escenario hicieron gala de su abolengo británico, derrochando energía del típico sonido Bristol quienes en Inglaterra atascan sin problemas la arena de Wembley o el festival de Reading. Pero. Al mismo tiempo se presentaba en la carpa electrónica James Lavelle, del proyecto JUNKLE.

Pasadas las siete y media llegó el momento en el que todos los mexicanos asilados durante ese fin de semana en Coachella se reunieron con gustos encontrados para atestiguar la presentación de Café Tacvba, ya sea por gusto o por morbo. La banda se presentó ante 5000 personas luego de unos problemas su set comenzó con No Controles y cuando llegó Eres la ovación fue mayor, pues esta canción tuvo gran rotación en la radio anglosajona. A varios metros de distancia y con más gente Weezer realizó una impecable actuación, complaciente pero efectiva. Y cuando parecía que los nerds se habían apoderado del lugar, las tinieblas llegaron para enmarcar el inaudito regreso, por única ocasión, de Bauhaus a los escenarios.

Bauhaus es algo exorbitante en todos los sentidos imposibles de explicar, y cuando a principios de la década de los ochenta esta entidad de auténtica Música Oscura emergió de las cavernas londinenses, nadie se imaginó que veinticinco años después se presentarían ocupando recursos tecnológicos que harían palidecer a cualquier banda de Heavy Metal. Entre humo David J al bajo, Daniel Ash en la guitarra y Kevin Haskins en la batería comenzarían a estremecernos tocando la legendaria Bela Lugossi´s Dead, y para cerrar el cuadro a la siniestra del escenario, por los aires y de cabeza, sí como auténtico vampiro, apareció Peter Murphy. El impacto fue mayor para propios y extraños, los cuales en conjunto conformaron una audiencia de alrededor de cuarenta mil personas. Los alaridos fueron incontenibles a lo largo de los más de doce minutos que dura la canción. Y ya por la tierra, Murphy hipnotiza con un atuendo mesiánico, bastón incluido, cabello blanco y desaliñado con un bigotito que lo emparentó más con Carlinflas que con Chiquidracula. Por otro lado lo inaudito, dos grandes brazos de luces robotizadas en ambos lados del escenario, rampas, rayos láser y pantallas gigantes no hicieron más que exaltar temas como The Passion Of Lovers, A God In An Alcove, Double Dare, In The Flat Field y la majestuosa She´s In Parties, todas piezas de ese muestrario inclasificable que conforma el universo de Bauhaus. Cerrarían dedicando Dark Entries a Ian Curtis y con Murphy aseverando: “Ahora sí pueden decir que aquí estuvimos”.

Aún impacto de los entes malignos  al final del día la presentación de Mercury Rev y hasta el fondo los seguidores de la Electrónica son un mundo aparte con los Chemical Brothers, los cuales reunieron a una gran audiencia. A unos cuantos metros Mike Patton (Faith No More) y Dave Lombardo (Slayer), realizan los últimos chequeos de sonido para Fantomas, el proyecto inclasificable de Noise Experimental, con el que por poco más de una hora dejarán atónita a su extraña audiencia nutrida de metaleros, punkes y extraños que aúllan, hace slam o claman por temas de Slayer. La agonía por ver a Bauhaus y Fantomas se desmoronó ante el saber que se regresaría al otro día para seguir sufriendo con los cambios de escenarios, el frío pero sobretodo por el desgaste emocional del siguiente cartel. A lo lejos escucho a Chris Martin mientras se despedida de la multitud en apariencia satisfecha, según dijeron fue un buen concierto de una banda inflada que no dará para más.

El segundo día se antojaba más relajado y así fue con puras bandas para atascarse de sonido Indie, este día carecía de actos estelares como el día anterior, o al menos de similar relevancia. En el escenario mayor se presenta The Futureheads con una propuesta de Punk que dejaría mucho que deseas, mejor sería regresar a las carpas para presenciar a The Bravery. Estos sirvieron de pretexto para apostarle más a las agrupaciones que se sucederían en el escenario principal como New Order. Para ello los presentes se tuvieron que chutar a Gang Of Four Publicitados como la banda de mayor influencia de Interpol. Pero lo que seguía sería sin duda de otro nivel, aparte de que presenciar a New Order en este continente no es cosa de todos los días; esta banda surgió de las cenizas del Joy Division de Ian Curtis, los que engalanaron su presentación interpretando, no una sino tres canciones de la vieja 'División de la Diversión': Love Will Tear Us Apart, Transmission y Atmosphere. Y por supuesto que también estuvieron presentes Love Bizarre Triangle y New Blue Monday ante la que dijeron extrañar a Kilye Minogue, de quien samplearon su voz para los coros. Y lejos de caer, como admirador, en la emoción  de que se trata de los ex-Joy Division, lo extraordinario es que lo hacen estupendamente bien sobre el escenario y escuchar ese bajo es entender a toda una generación musical que se desencadenó siguiendo esos determinantes punteros.

Tras esta cátedra fue imposible moverse de la barrera del escenario principal y no por lo atónito sino por las 40 mil personas que había detrás esperando por Trent Reznor. Pues a pesar de que a estas alturas cualquiera de nosotros ha escuchado a Nine Inch Nails habrá que decir que la banda suena igual y hasta ahí habría acabado el concierto; el ver al supuesto genio que revolucionó a la música como la conocemos ahora (según reza el slogan transmitido por la única estación de radio que programa “rock” de actualidad en México) aunque a decir verdad sería mejor escuchar a sus verdaderas influencias Skinny Puppy y Ministry y no  copias baratas. En busca de un buen postre musical en las carpas y ante una audiencia atónita se descubriría a los Blood Brothers, conocidos anteriormente como Mars Volta claro antes de la mercadotecnia, quienes ahora se presentan más frenéticos y en drogas. En el mismo tenor gutural, The Prodigy ponía punto final al festival en uno de sus escenarios, ante una aún numerosa audiencia. Durante la retirada se escuchan los rumores sobre una posible reunión de The Smiths.
 
 
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