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Siniestra,
triste y gélida era la noche del pasado 13 de noviembre del 2004
allá el la sultana del norte, allá donde la neblina se apoderaba
poco a poco de la ciudad manipulando a su antojo la simbiosis de la luz
que la convertía del gris al cobre. Pronto se rumoró la llegada
de un personaje misterioso, sádico y bizarro amante de los fetichismos
extrovertidos, él, llamado simplemente Howdy y referido por todos
como Capitán Howdy se presentaría en el Teatro Fundidora
Coca Cola de Monterrey, Nuevo León, enmascarado como Dee Snider,
un ente que con su voz y presencia escénica han hecho llegar a la
banda de rock Twisted Sister a un nivel internacional como pocos. Howdy se hizo acompañar por cuatro cancerberos que respondieron
a los nombres de Jay Jay French, guitarra, Eddie “Fingers” Ojeda,
guitarra, Mark “The Animal” Mendoza, bajo y A.J. Pero, batería.
La
muerte nunca estuvo tan cerca de las 5500 personas que asistieron por voluntad
propia a esa carnicería masiva latente, cada segundo que transcurría
era más que placentero. Orgásmico en algunos acordes. Desde
que terminaría el segmento ofrecido por Ronnie James Dio y su banda, la expectativa creció potencialmente; nadie se tomaría
la molestia de ver o escuchar de pasada a los sanitarios a Next: el “metal mexicano para el mundo de México”, como lo anuncia el
buen Pato, por el contrario todos permanecieron expectantes al cambio de
equipo, a la prueba de sonido del estelar, a los preparativos quirúrgicos
para el propio festín de Howdy.
Larga
fue la espera. Penetrante fue la desesperación al ver que los amplificadores
de la banda no experimentaban su perfección de audio. Por encima
de todo el dolor experimentado por los presentes al ver al enigmático Dee
Snider agarrar el micrófono ‘rosita’. Así ansiosa por
tocar la legendaria banda Twisted “Fucking” Sister, como la describe
su cantante, salió al escenario en punto de las 11:30 tal cual estaba
estipulado en el itinerario del Monterrey Metal Fest, siendo estos
el grupo principal, quienes después de 12 horas cerrarían
el evento que dejó pasar a Cage, Hatebreed, Shaman, Dokken, Quiet
Riot, Dio y evidentemente Twisted “Fucking” Sister.
El
tiempo pondría a Twisted Sister como una de las bandas más
representativas de dos generaciones quienes agraciadas por el creador aún
alcanzarían una identidad sin llegar a mezclarse con la 'X's Generation';
banderas ondeantes de la rebelión serían nombradas como I
Wanna Rock o We’re Not Gonna Take It, canciones que fueran simples
en su contexto lírico pero que en su interior buscaban el establecer
una nueva actitud dentro del “rockero” moderno que crecía al tiempo
en que agonizaba el milenio anterior. El encarar de forma drástica
y malévola el nuevo orden mundial sería una cualidad de Twister
Sister, cuya paródia escenográfica refería a Kiss y
su comedia teatral sobre el escenario.
Twisted
“Fucking” Sister y México establecieron un vinculo muy fuerte
hace 20 años, allá cuando su segunda producción musical
llamada Stay Hungry saliera al mercado con sus éxitos We’re
Not Gonna Take It y I Wanna Rock, de hecho el propio Dee
Snider haría acto de presencia en nuestro país para su
promoción, quien se retiraría triste porque México
no era una plaza para realizar conciertos de rock debido a la opresión
del sistema que existía en ese tiempo. Ahora, personificado como
el depravado Howdy, Snider aprovecho su concierto para dirigir una
palabras (un pequeño monólogo como el de Adal Ramones –al fin payasos los dos– de agradecimiento por haber asistido a verlos,
por haberlos apoyado desde hace 20 años, por haber recibido un sinnúmero
de correos electrónicos en su portal (www.twistedsister.com),
pero sobre todo porque hay gente en México que aún gusta
del verdadero Heavy Metal. Algo similar haría J.J. French quien
de alguna manera ha estado mucho en contacto con la gente mexicana en la
frontera.
Así,
por espacio de 90 minutos, la alineación original de Twisted
“Fucking” Sister interpretaba The Price, Ride To Live, I Wanna Rock,
We’re Not Gonna Take It, I Am (I’m Me) y S.M.F. entre otras,
los que ahí se encontraban pudieron apreciar el paso del tiempo
en aquellos personajes clásicos que darían vida a los álbumes You
Can’t Stop Rock ‘N’ Roll y Stay Hungry, quienes aún conservaban
esa energía que les caracterizó, esos cinco sujetos quienes
realizaron con perfección las coreografías de antaño
tal cual amos y señores de su trabajo, a esa quintilla comandada
por un Dee Snider que nunca dejó de moverse o brincar sobre
el escenario quien portaba una mirada dantesca y que con gran coraje arreglo
con su sola mirada todos los inconvenientes que se presentaron al inicio
de su concierto.
Aún
muchos escépticos afirman y reafirman que Twisted Sister no
se presentó en dicho festival. Por desgracia para ellos el mundo
está cambiando y ahora contamos con muchas maneras de enterarnos
sobre la veracidad de un evento que se va a realizar o en el peor de los
casos que se realizó, y decimos que por desgracia el mundo está
cambiando porque el día de mañana la verdad de su existir
será más cruel que el andarle haciendo caso a los chismes
baratos de que “el manager de Twisted habló personalmente
con los medios de México y dijo que era mentira que iban a venir”,
“que no están confirmadas ninguna de las bandas anunciadas”, “que
los promotores carecen de veracidad”.
En fin, pero sobre todo en general este fue uno de los eventos mejores
organizados, claro no por Dark Visions ya que ellos nunca operaron
nada, pero su mérito lo tienen por concretar algo único en
México como el Monterrey Metal Fest. |
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