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A pesar de que Olallo Rubio asegura que no se le puede pedir al público mexicano que entienda y aprecie la música de los White Stripes (R&R, No. 20, mayo 2005), los mexicanos recibieron con gran entusiasmo las nuevas rolas y los clásicos con las cuales el grupo abrió el concierto, el primero de su más reciente gira mundial. Y mientras en el concierto se mezclaba lo nuevo con lo viejo y Jack White daba amplía demostración de sus capacidades como uno de los mejores guitarristas de su generación, en el último disco del dueto, el Get Behind Me Satan (CDI, 2005), Jack dejó su guitarra a un lado para sentarse al piano.
Fieles a sus costumbres, The White Stripes siguen haciendo las cosas de forma distinta a los demás grupos. Las canciones del nuevo disco no existieron de forma acabada antes del marzo de este año y el disco fue grabado en solamente 15 días. Según una entrevista que los mismos White Stripes difundieron en su último press kit, “Get Behind Me Satan es el disco ‘más denso’ del grupo hasta la fecha, y la voz de Jack suena ‘muy alta’”, como en los viejos tiempos. Cualquier seguidor del grupo estará de acuerdo con esta última declaración después de escuchar el Glam Fuzz del sencillo Blue Orchid.
Seguramente el cambio más notable en este disco es el abandono del formato tradicional de batería, guitarra y voz. Solamente hay tres canciones que dependen de la guitarra como inspiración porque las demás se apoyan fundamentalmente en el piano, el cual Jack toca con un vigor envidiable, y en una selección más amplia de percusiones a cargo de Meg. Además, en algunas canciones The White Stripes dejan su Pop/Punk y Blues para investigar otras formas, como el Funk en My Doorbell y Country en Little Ghost; y en otras ocasiones dan variedad a sus composiciones al agregar una orquesta como en Take, Take, Take, un bajo en The Denial Twist, y una marimba en The Nurse. De las 13 canciones del disco las únicas que llevan el sello reconocible de del grupo son Forever For Her (Is Over For Me) y Instinct Blues. Sin duda, esta nueva grabación del dueto es un disco interesante que tal vez se tiene que escuchar en repetidas ocasiones antes de captar su magia. Pero de que hay magia, la hay.
Además del nuevo álbum, se editó previamente un DVD que reproduce la magia de sus conciertos bajo el nombre de The White Stripes: Under Blackpool Lights (CDI, 2005), un documental del concierto de enero 2004 realizado en el Empress Ballroom, Blackpool, Inglaterra. Fiel al minimalismo de su sonido, este DVD sigue a la banda por 26 rolas durante 80 minutos. El director de este trabajo fue Dick Carruthers, es un veterano en el campo y ha trabajado con Portishead, Led Zeppelin y The Who. El repertorio cubre los cuatro primeros discos del grupo e incluye clásicos como Dead Leaves And The Dirty Ground, I Think I Smell A Rat?, Ball And Biscuit, Hotel Yorba y Hello Operator. Como es de esperarse, el concierto termina con el inevitable Seven Nation Army. |
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