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No podemos negar que el Metal es un género que arrastra resabios de una cultura machista. La mayoría de los grupos de Metal son integrados por hombres, e incluso, muchas de sus letras se expresan peyorativamente del sexo femenino. De ahí que no sean muchas las agrupaciones de mujeres que sobresalgan en la escena.
Sin embargo, no es el caso de Kittie. Para Morgan, Mercedes y Jennifer, dedicarse a los guitarrazos les ha planteado ciertas dificultades, como el hecho de ser catalogadas como una banda “de mujeres”, como lo definen ellas mismas. “Con el tiempo, hemos demostrado que somos una banda de Metal, y quisiéramos que nos reconocieran como una buena tal sin que nos ubiquen como una buena banda de chavas”, dice Morgan, en entrevista.
Hace cosa de un mes, Kittie se presentó en el Circo Volador. Con ese pretexto charlamos con ellas. De entrada, negaron ser feministas, odiar a los hombres o ponderar la ninfomanía en sus letras. “Todo sucedió por una confusión. Creo que las rolas de Spit eran muy agresivas y sexuales. Nosotras éramos tres chicas con muchos deseos de rebelarnos, así que hablamos de sexo de una manera abierta, no como se ha educado a las mujeres respecto a ese tema”. Y remata la guitarrista: “No creo que tengamos un compromiso especial por el hecho de ser mujeres. No queremos demostrar nada con nuestra música, simplemente tocamos porque nos divierte”.
Por otra parte, “al ser mujeres hemos tenido pequeños problemas, pero nada digno de mencionarse. Si acaso uno que otro tipo que no nos considera capaces de tocar una guitarra”, comenta Mercedes, su hermana.
Con dos discos en su haber, Spit y Oracle, la banda canadiense sorprendió gratamente a quienes se descolgaron a su tocada. En una hora y media, jamás decayeron los ánimos. Los riffs poderosos y las baterías contundentes perpetraron una auténtica y placentera violación a los tímpanos masculinos que se dieron cita, unos por conocedores de su trayectoria y otros simplemente por morbo. Y es que no se puede ocultar que las Kittie son sumamente agraciadas en lo que a belleza se refiere.
“No falta el güey que se quiere sacar una foto con nosotras al final de la tocada, o el que nos grita que nos ama o nos quiere dar un beso, pero hasta ahí. Básicamente creo que quien viene a nuestros conciertos lo hace por la música. Los símbolos sexuales están en otro lado”, asevera Jennifer. “Me parece muy respetable que haya artistas que quieran explotar su sensualidad como Christina Aguilera, pero también me parece una mentira. Intentar parecerte a las modelos de las revistas es una ilusión. Nos vale madre ser bellas”, expresa nuevamente Morgan.
Y hay otro aspecto en que las tres podrían competir con cualquier “macho” es su capacidad de beber. Durante los veinte minutos de charla, las Kittie se bebieron alrededor de cuatro cervezas por garganta. “No es que nos guste mucho estar ebrias, pero mientras me la pase bien en compañía de amigos, me fascina beber”, explica Jennifer, para después vaciar una nueva botella de líquido ámbar.
Morgan toma la iniciativa para hablar de lo que será el tercer disco de Kittie. A su parecer, suena mucho más ruidoso, pero al mismo tiempo más focalizado. “Tiene más texturas, es más escandaloso que Oracle, pero al mismo tiempo mejor ejecutado. No es escándalo a lo pendejo”, finaliza la líder de la banda. |
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