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Sin duda
alguna, Latinoamérica ha sido una de las regiones que a últimas
fechas ha logrado capturar la atención del mundo por su aportación
diversa en la industria de la música y más concretamente
al rock, ahora podemos degustar bifurcaciones pluriculturales en medio
de fusiones que permiten exponer un sin número de tendencias; si
echáramos un vistazo al mundo subterráneo donde se curte
todo lo que hoy conocemos por moda, encontraríamos que fueron pocos
los aquellos que lograron sobresalir desde las entrañas del cono
sur en la América, quienes sin duda alguna estarían comandados
por los brasileños de Sepultura, cuyo momento crucial fue
la última gira que realizara el cuarteto original integrado por Max
Cavalera, voz-guitarra, Paul Jr., bajo, Igor Cavalera,
batería, y Andreas Kisser, guitarra.
En su comienzo, este
grupo fue descrito como la contraparte sudamericana de Slayer por
haber plasmado en sus primeras grabaciones Morbid Vicions o el Beneath The Remains con un Thrash Metal que tuvo gran demanda
en su época por todo el viejo continente, pero no sería hasta
el disco Arise cuando la música de esta propuesta daría
un giro estrepitoso al ellos concentrase en los sonidos de su folklore
más arraigado y adicionar su música con percusiones de las
tribus brasileñas. La gira más exitosa de Sepultura vería la luz a mediados de la década pasada, un tour que
haría el cuarteto por gran parte de los países que conforman
nuestro mundo y que utilizarían para la promoción el último
material grabado por esa alineación original, el disco Roots que al igual que su predecesor Chaos A.D., sirven hoy como libros
sagrados del movimiento en todo el mundo; de hecho ellos fueron una de
las primeras propuestas en establecer lo que en su momento se definió
como Power Metal, estilo que mutaría a lo que hoy conocemos como Nu
Metal, ya que la crudeza lírica así como un tratamiento
especial en la batería y bajo, sería un ingrediente
principal en las presentaciones en vivo del grupo. Una referencia sería
sin duda Territory, tema hecho a la medida de la devastación
racial que haría Estados Unidos en la llamada guerra del golfo,
donde una vez más ‘en nombre de Dios’, se dejó caer la muerte
en el medio oriente.
De
esa gira exitosa, se rescató un recital que ofreciera Sepultura en el Brxtol Academy de Londres, el 16 de diciembre del '96, y se editó
recientemente como el primer disco en vivo oficial de la banda en sus ya
casi 20 años de vida con el nombre de Under A Pale Grey Sky (Sum Records, 2002), donde escuchamos un inicio de concierto devastador
con Roots Bloody Roots, tal y como solía hacerlo el cuarteto
en sus días más bizarros, ante una audiencia un poco inerte
a esa energía que proyectaba la banda sobre el escenario y con un
set que rodeaban las dos horas. Hay un total de 28 temas que evidentemente
se concentran más a su producción Roots, permitiendo
dejar escuchar otras canciones hoy clásicas como Mass Hypnosis,
Desperate Cry, Orgasmatron -cover a los aguerridos de Motörhead-, Slave
New World, Troops Of Doom, Dusted y Kiowas entre muchas más.
En medio de esa gira, la banda también visitaría la Cuidad
de México por segunda ocasión para dar un concierto en el
Gimnasio Juan De La Barrera donde la fuerza que se desbordó por
parte de los 'cuatro fantásticos del metal latinoamericano',
haría que sus seguidores brincaran de las butacas en la parte de
abajo y comenzaran a pasar las sillas hacia a tras para tener espacio suficiente
y dar cabida a uno de los slams, mosh y stage-divin's más viscerales
vistos en tierras aztecas que terminaría en una batalla campal de
los asistentes contra los 'puercos' de seguridad, quienes a toda costa
no permitirían el desarrollo de estos ritos ante los antiguos del
amazonas, y sorpresivamente al materializarse los cuatro en seres humanos
éstos descenderían de su altar ubicado en la zona norte del
gimnasio para defender a sus seguidores y rescatarlos de entre aquellos
que con un uniforme patito se sentían dueños de las emociones.
Después
de esa gira gloriosa, la banda comenzaría a tener algunos pequeños
problemas internos que se ocasionaron por el manejo del manager del grupo,
los cuales causarían la primera gran decepción del Heavy
Metal en Latinoamérica, que gracias a Sepultura, había
logrado hacerse de buena fama internacional hasta el grado de exigir más
grupos de ese estilo de todos los países de esta parte del mundo,
incluyendo México.
Por desgracia las diferencias internas harían
que más tarde la banda anunciara su desintegración ya
que las relaciones entre el grupo iban de mal en peor. Luego de varios
meses de muerte virtual la oficina del grupo anunciaría el triunfal
regreso de la banda brasileña con la gran sorpresa de que Max quedaba fuera de la alineación y que su lugar sería ocupado
por Derrick Green, un cantante de color quien les traería
muchos problemas a la larga por ser negro y venir de una banda de Rap
Metal, además de hacer que el sonido del grupo tomara otro rumbo,
más enfocado a lo energético, fuerte; por una parte, ellos estarían vetados por una aparente rumor de racismo dentro
de su compañía de discos.
Tiempo después de entre
las cenizas, surgiría Max Cavalera con un proyecto bautizado
como Soulfly que se caracterizaría por retomar la actitud
cruda de la última parte de su banda anterior. Ambos visitarían
una vez más las tierras aztecas en la misma semana a finales del
año pasado. |
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