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Para Sebastian Bach no cabe duda: Cristo fue una de las primeras estrellas de rock en la historia. Tuvo una banda (los doce apósteles), una legión de fanáticos que lo seguía a donde quiera que iba y apenas comenzaba su presentación (con parábolas en vez de rolas), la multitud enloquecía. También hubo en su vida una mujer fatal que se rumora se acercó a él como groupie (María Magdalena) y casi terminó siendo su apoderada. Por eso, al nacido en Bahamas no le resultó complicado interpretar al Hijo de Dios en el musical Jesucristo Superestrella, de Andrew Lloyd Weber. Sebastian se presentó con mucho éxito en Broadway. "Hice un poco más de ejercicio, porque no quería aparecer colgado en las escenas en las que traigo poca ropa", recuerda vía telefónica desde Nueva York. "Y aunque dejé de beber cerveza, tenía que beber una copa de vino todas las funciones, en la escena de La Última Cena. Ahora ya me acostumbré y siempre tomo vino después de los conciertos".
El cantante de agudos registros dejó Skid Row en 1996, tras una serie de discos exitosos como Slave To The Grind y Subhuman Race, así como de convertirse en un referente obligado del Hard Rock, junto a cantantes como Axl Rose (Guns And Roses) y Bret Michaels (Poison). Los tres tenían común que eran rubios y usaban pantalones entallados. "Nunca he comprendido porqué nos pusieron el mote de 'Hair Metal'. Eso fue un invento de la prensa. Yo soy metalero y punto", responde un enfadado Bach desde el otro lado de la línea, "Déjame te digo una cosa. A principio de los noventa, todos afirmaron que el Grunge nos había matado ¿Y qué fue lo que paso con él? ¡Se suicidó!".
Para Bach no hay vuelta de hoja; actualmente en Estados Unidos existe un par de bandas que se están convirtiendo en un fenómeno: Velvet Revolver (que tiene a tres ex Guns And Roses en sus filas) y Mötley Crüe, uno de los regresos musicales más esperados. De cada uno de ellos se programa cuando menos una canción al día en las principales emisoras de radio, según aprecia Bach. "Los conciertos de Metal siempre fueron los más grandes y espectaculares; eso, la gente no lo olvida, por eso es que el género está tan vivo como siempre", afirma.
Sebastian Bach se ha mantenido activo en el mundo de la música. Además de su labor en Broadway, donde protagonizó además de Jesucristo, El extraño Caso Del Dr. Jeckill Y Mr. Hyde. Él continúa apareciendo en grabaciones como Working Man, el tributo a Rush de 1996, en donde compartió una rola, la epónima a la producción, con Mike Portnoy (Dream Theater).
No hay que menospreciar su quehacer rockero, porque a parte de cuidarse el cutis y los bíceps, el rubio intérprete de I Remember You aparecerá en la nueva producción de Frameshit, llamada An Absence For Empathy. También lanzó su DVD Forever Wild, que contiene 22 canciones grabadas en el Whisky A Go-Go de Los Ángeles. Además cuenta con dos discos solistas: Bring 'em Bach Alive y Bach To Basics... y por si fuera poco, tiene un hijo de dieciséis años. "El tiempo ha pasado volando, y puedo sentirme orgulloso de lo que he logrado, pero nunca he pensado en retirarme", expresa. Puede ser que algún día la gente se canse de canciones acerca de motocicletas y mujeres, afirma, pero en cuestiones de temas, la música nunca se limita y quizá entonces abordará otros temas. Para finalizar, Bach comparte con nosotros quiénes lo trataron mejor en su última visita a México: ¿Las groupies? ¡No! "Definitivamente lo pasé increíble cuando estuve en Cancún nadando con los delfines ¡Fue una experiencia fenomenal!", afirma. |
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