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Pese a todos los pronósticos en contra, finalmente se llevó al cabo el Monterrey Metal Fest, que logró reunir a Twisted Sister, Dio, Quiet Riot, Dokken, Shaman, Heatebreed, Cage y bandas mexicanas extraídas del norte y centro del país. La asistencia concurrida por 5500 personas haría que el evento no fuera cancelado de última hora ya que conforme pasaron los días, el punto crítico y las probabilidades de éxito se alejaban más de lo esperado. La organización fue de lujo pero no por la manipulación del festival del promotor, Dark Visions, sino por que todo estuvo controlado por la gente de OCESA Monterrey. Así, ahora el 13 de noviembre de 2004 pasará a ser una fecha que muchos metaleros de México no olvidarán, aquellos que se dieron cita y que observaron el desfile de cada banda clásica de los 80’s, y claro, por qué no, en todos aquellos que llegaron al lugar por hacer caso a los “chismes” infundados por otros promotores quienes intentaron boicotear el evento.
Es una lástima ver como aquellos que tienen ganas de hacer grandes cosas por la escena del Heavy Metal en México, depositan toda su confianza en gente inexperta para manejar este tipo de eventos que situarían a nuestro país en la vanguardia mundial. El evento fue realizado por Gilberto, dueño de una discoteca regia llamada Arsenath Records y cuyo “gerente” no socio es un tal Reyes Amaro, la persona más inútil que podría dedicarse a las relaciones públicas en esa parte de la República Mexicana, ya que días previos reconfirmó acreditaciones para darle covertura al evento y al momento de solicitar acceso nos trajo con su "ahorita" por más de cuatro horas, hasta que nos permitiron el acceso los encargados de CIE. Lo que SÍ ayudó a la precisa realización del festival fue que la gente encargada de operar el Auditorio Coca-Cola, es la gente de CIE, corporativo dueño de Ocesa Presenta. Acentuamos esto por que el Monterrey Metal Fest sirvió para romper aquel mito que existía entre los productores independientes y los llamados “manipuladores” de la escena del rock en México.
Las probabilidades de fracaso del Monterrey Metal Fest eran todas las imaginables. Las probabilidades de que “una” banda anunciada no se presentara eran todas la inimaginables. Las probabilidades de que pasara lo de Acapulco con Quiet Riot y King Kobra, lo de Black Sabbath en San Luis, lo de Blue Oyster Cult..., todo era posible menos el pensar que realmente viniera ese cartel a México. Era un sueño pacheco. Así que habrá que pensar en el gran esfuerzo de Gilberto, no el huracán, sino el promotor quien gracias a su profesionalismo y seriedad terminó bien con todas las bandas. Es más de última hora se anexaron Hatebreed y Cage.
Conforme cada una de las bandas participantes hacía acto de presencia en el escenario principal, la euforia de los presentes fue desbordante, más no así con los grupos mexicanos invitados a tocar en el cambio del back-line de cada estelar; aquellos que los presenciaron lo hicieron por lástima ya que con ese escenario más que austero y sonido pésimo no permitió apreciarlos como realmente son, y en caso de Calvaria mejor, así como de Algarond. En términos generales el Monterrey Metal Fest fue un éxito para sí mismo ya que desde su concepción ambiciosa fue todo un reto. |
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