| |
|
| |
Después de la segunda guerra mundial, Japón, la isla pacífica del bloque asiático, comenzó a darse a conocer por sus avances tecnológicos impresionantes los cuales levantaron al pequeño país hasta el grado de convertirlo en una potencia mundial. Por desgracia no ha sucedido lo mismo en lo concerniente al rock; a decir verdad si existe desde hace ya tiempo un movimiento de ésta música pero a nivel subterráneo, bastante limitado que apenas se empieza a difundir en el mundo.
Tras el establecer una oficina en San Francisco, California, a mediados del año pasado, la compañía nipona Howling Bull inició la difusión del catálogo desde su base secreta llamada 'Howling Bull Syndicate', una tienda la cual ofrece CD's, juguetes japoneses y muchos Pokemons.
Para entender las razones que dieron vida a este sello allá en la tierra del sol naciente, como en muchos otros lugares, solo basta entender el desenvolvimiento del mismo en el underground. Este centró todos sus esfuerzos al Thrash que nunca salió de los hoyos funkies, más sin embargo, el Heavy Metal extremoso sí sorprendió a todos.
La mayoría de los grupos existentes cuentan con producciones independientes y bastante buena calidad, aunque... por desgracia el tiraje no cubre las demandas de un público consumidor capitalista. En ese momento y ante tales expectativas de negocios se crea Howling Bull Entertaiment Inc., quienes a la fecha son considerados un emporio en la nueva música del Japón, "ninguna compañía quería editar sonidos agresivos", manifestó Shigeru Kosugi, presidente del sello, "durante mucho tiempo fui seguidor del grupo United, mi sueño siempre fue el de editar la primera grabación de ellos, y lo hicimos. Buscamos más bandas similares y de pronto ya existían dos sellos más quienes querían hacer lo mismo", se refiere a Rotten Orange y Ritual Records.
Poco después, Howling Bull decide incrementar sus actividades en pro del movimiento naciente allá en donde crece el sol rojo y se inicia la publicación de un magazine llamado Eat, el cual logró vender 30 mil copias de cada edición, "no había nada de revistas que promovieran esta música bajo un compromiso verdadero. Hoy, los artículos sobre nuestra escena rockera que suelen publicar revistas importantes por todo el mundo, no están informados, escriben sin saber nada", complementó el propio director.
El otro aspecto importante dentro de las proyecciones comerciales en la misma Howling Bull, es el hecho de haber recibido este milenio con una tienda más, la cual situaron en el centro de Tokyo, para afrontar las exigencias de su propio mercado.
Howling Bull tiene tres cartas fuertes con las que pretende conquistar el mundo: Hellchild, Yellow Machingun y United. |
|
| |
|