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Corría la primera mitad de la década 80’s y Capone era asediado por Ness,,, hay no eso fue mucho antes, pero si en los ochentas y en México más concretamente, había llegado una banda española que llevó por nombre Sangre Azul, en ese momento integrada por Julio Díaz, Carlos Raya, Tony, Luís Santurde y J. A. Martín, quienes revolucionarían el rock en nuestro país por llevarlo a limites inpermisibles.
Hoy después de 10 años esta banda vuelve a ser noticia en México debido a la reedición del álbum Cuerpo A Cuerpo (Distribuidora Rilo, 2000), que una vez más nos deja escuchar ese Hard Rock tirándole al Pop en español que abrió muchas puertas en los continentes de habla hispana.
Con una imagen Glam, característica en el área californiana de ese tiempo, la banda representó en la Europa moderna un estandarte del Rock Pop más apegado al Pop o Hard que en México adoptó tiempo después Coda.
Esas líricas autocuestionables de las relaciones amorosas en los seres humanos, ya expuestas con anterioridad por Bon Jovi, Poison, Cinderella, Heart, L.A. Guns o los mismísimos Guns’n Rouses, también se pueden re-experimentar en este tiempo con lo hecho por Sangre Azul. Quizá ya se había olvidado por toda esa basura comercial como Marilyn Manson, Metallica o Pantera.
Sangre Azul llegó a México con la camada española integrada por Obus, Angeles Del Infierno y Barón Rojo -quienes por cierto vinieron a dar un concierto a México por primera vez y no funcionó como se esperaba-, cuyo esplendor cegó a nuestro país así como las Américas latinas con esa propuesta en español, tanto así que Dueño Y Señor, corte incluido en incluido en este material, nos hace recordar al Coda de hace unos años... Más bien al revés, esa banda ‘chilangense’ copió a los españoles.
El encanto del tema Mil Y Una Noches, así como toda esa propuesta de auto disección en el corazón dentro de la producción, nos lleva por esa unión estrecha y de dependencia que genera el amor con la cadencia de la batería manipulada por un 4 x 4 a través de un bajo camuflajeado entre los sonidos graves y riffs de la lira en el primer plano.
Un instinto animal de los rebeldes musicales sin ley que ya pasaron a mejor vida, pero eso sí, considerados como uno de los pilares del rock ibérico para la posteridad. |
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