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A través de una narración protestante contra la invasión y el abuso del más fuerte contra los débiles, la nueva producción editorial de la escritora Gloria Guardia que lleva por nombre Libertad En Llamas (Plaza & Janes, 2000) se revela un capítulo jugoso sobre el aparente nacionalismo latinoamericano del Siglo XX.
Como un “canto a la libertad pero sobre todo a los protagonistas de nuestra historia que reavivaron la lucha de David contra Goliat”, la autora definió su edición en una entrevista exclusiva vía telefónica desde las oficinas de su casa editora en México, “de igual forma es la voz de una mujer que no es escuchada nunca a través de los siglos y de pronto comienza a ser protagonista de una vivencia muy peculiar dentro de su propia visión”, complementó Gloria Guardia.
Esta realidad disfrazada de novela ha colapsado al mundo y su aparente historia gracias a que narra entre sus líneas una verdad absoluta sobre las voluntades de cambio, las cuales podrían despertar la conciencia del lector para sumarse al reto y así procurar la vida a través de un movimiento revolucionario dentro de la propia historia.
Lejos de lo que se pudiera pensar hasta el momento, Libertad En Llamas es protagonizada por una tal Esmeralda Reyes, quien corrió con la misma suerte que su creadora: vivir en carne propia cada momento y pasaje de la obra, aunque a decir verdad lo único cierto es que la realidad está en la mente de aquella mujer que vivió con sangre fía un reto “asumido desde el momento en que aceptó este trabajo de espionaje contra el movimiento de neoliberación, que quizá ayudo con su pensamiento e ideales a una lucha en la que ella creía hasta que se dio cuenta de las traiciones”, agregó nuestra entrevistada.
Tal vez la justicia y su propio significado sean ambivalentes, lo único cierto es que el tiempo será el mejor juez, “todas las revoluciones implican un sacrificio, tal vez muchos queden impávidos ante las voluntades de cambio, ante el presente e inconscientemente hacia el pasado, pero no hay ninguna responsabilidad contra el futuro”, enfatizó la escritora.
“Esta acción mía ha valido por los pequeños y olvidados. Hubo quienes ayudaron emocionalmente a Esmeralda Reyes en los momentos más difíciles, aquellos en que experimentó la duda, sumisión y derrota. No le importó el resto de la vida ya que siempre seguía soñando en ese ideal de honestidad para el resto de sus vidas... y al final encontró la traición".
El mundo donde se desarrollo esta parte de la historia, fue el elegante, el del ensueño aunque pese a ello la vida parecía colgada del hilo más delgado gracias a una conspiración interna en medio de un círculo hipócrita junto a una aristocracia y sus personajes intelectuales.
Mucho se hablo sobre la libertad del pensamiento, la expresiva y sobre todo la del ser femenina... “eso es una utopía, quizá tenga validez en México pero en los países pequeños está prohibido pensar. Gracias a la represión de Nicaragua o Guatemala hacia abajo, no se ha dado su espacio a la mujer. Vivo en Colombia y ahí está prohibido pensar..., eso genera una angustia existencial tremenda, un pánico tremendo”, reveló Guardia.
“Digamos que la libertad de expresión está controlada en la mujer, es una Libertad En Llamas. México tienen muchas transgresoras como Antonieta Rivas Mercado, Fridda Calo o María Sambrano quienes siempre lucharon por sus ideales; la autocensura es un aspecto importantisimo en los seres femeninos; como mujer ante su género tiene que ejercer la autocensura y como ser humano ante la sociedad no permite el diálogo. Solo se puede vivir encerrada diariamente en una clase de pensamiento”.
Para finalizar, todas las experiencias vividas por Esmeralda Reyes o Gloria Guardia, da igual el nombre, forman parte de “una fortaleza para seguir adelante y amar al prójimo, amarlo y escucharlo sin juzgarlo. Ante la agonía interna de mi vida quise expresar mi sueño por la libertad, quizá una Libertad En Llamas al ser traicionada y el haber experimentado una gran desilusión: Nicaragua, un ideal que quería romper con todos los regímenes dictatoriales”, concluyó Gloria Guardia. |
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