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Tal
vez para Napster sea el fin, pero este no sólo marca el inicio
de una nueva era de comunicación, y el fallo del tribunal federal
de apelaciones del noveno distrito en San Francisco, California, sólo
demostró que las estructuras socio-económicas se han quedado
atrasadas con respecto al avance socio-tecnológico.
El
fallo ordena a Napster que debía prohibir el intercambio
de canciones con derechos de autor entre sus usuarios, y considera a la
empresa responsable de una posible infracción del copyright. Esta
disposición obligará a cerrarlo. E último octubre
del milenio pasado BMG ponía el ejemplo de empresa visionaria
y anunció su asociación con Napster para de esta forma
aprovechar el potencial económico de los más de 50 millones
de usuarios en el mundo.
Recientemente
la compañía alemana anunció su intención de
convertir al más famoso servicio 'peer-to-peer', en un sistema de
pago y aseguró haber invitado a las otras grandes firmas a participar.
Ejecutivos de Sony, Warner, EMI y Universal subrayaron poco
después que las negociaciones eran imposibles: Napster y BMG no ofrecían un ‘business plan’ que compensara a los artistas.
Así pues, parece el gran final de Napster, ¿pero, es realmente
el final para los melomanos cibernautas?. Todo indica que es completamente
lo contrario. A raíz de la fama mundial de Napster cientos
de "clones" de código abierto han salido al cyber espacio para ocupar
el hueco que ahora dejará Napster y lo mejor de todo, con
una estructura que permitirá a los programas estar al margen de
las violaciones del derecho de autor.
El
programa que más ha llamado la atención en este sentido es Gnutella,
un programa de código abierto, es decir, que permite a cualquier
programador hacer modificaciones y mejoras al mismo, esto hace que el desarrollo
del programa avance rápidamente y no dependa de una sola empresa
o persona. Gnutella fue desarrollado inicialmente por la compañía Nullsoft,
creadores del famoso Winamp, adquirida por AOL el milenio
pasado, pero tras la fusión de AOL con Time Warner,
el proyecto se paralizó, al considerarse que interfería en
el negocio del gigante discográfico. Sin embargo, el desarrollo
de Gnutella continuó con un equipo de programadores que distribuyeron
el programa en código abierto.
La
diferencia y gran ventaja entre Gnutella y Napster reside
en que el primero permite buscar cualquier tipo de documento, no sólo
MP3, y no dispone de un servidor central que funcione como directorio,
sino que cada computadora en que esté instalado el programa está
conectado a otros en cadena. Esta arquitectura descentralizada y abierta
es la que permite que Gnutella se mantenga al margen de las denuncias
que ha sido objeto Napster.
El
futuro de Gnutella suena bastante prometedor ya que el grupo de
sus desarrolladores, ha encontrado una aplicación de esta tecnología
que puede convertir al programa en un potente motor de búsquedas
para Web pero con mucha mayor precisión y potencia que los motores
buscadores tradicionales como Yahoo o Altavista. El equipo
de desarrollador ya dispone de una versión previa en www.InfraSearch.com como muestra de las capacidades que promete la herramienta. Los responsables
del proyecto pretenden demostrar que su tecnología Gnutella sirve para algo más que para "piratear música y buscar porno
en Internet". Ya cuentan con el apoyo de uno de los pocos que han visto
de cerca el proyecto, otro visionario, Marc Andreessen, creador
de Netscape.
Todo
parece indicar que a menos de que se les ocurra a las grandes ‘trasnacionales’
de la música una forma de demandar a todas y cada una de las personas
que tengan instalado este software, tendrán que bailar ahora al
ritmo de Gnutella, añorando la época en que todavía
existía Napster. Recordemos que ellos tienen más de
50 millones de usuarios. http://gnutella.wego.com/ |
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