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Apartándonos
un poco de los temas relacionados a tecnología y manteniéndonos
en la nueva cibernética, he decidido escribir en esta ocasión
sobre las expectativas que ofrece la tendencia de la libre distribución.
Copiar
es legal, esto no es nada nuevo para quienes ya han manejado el sistema
operativo de libre distribución Linux, y no genera mayores expectativas
en aquellos que tienen por profesión distribuir copias ilegales
de música o programas, pero aún así los alcances generales
de impacto acerca del futuro de esta tendencia nadie se ha atrevido a calcularlos
(excepto aquellos que viven de "derechos").
En
la práctica real no nos ha importado jamás que Bill Gates sea un 20% menos rico de lo que realmente debería ser a causa de
las copias "ilegales" en sus productos y programas de aplicación,
y sabemos que en el fondo Madona no se verá sumergida en la miseria
porque alguien nos "proporcionó" una copia de su último disco,
sin embargo en algunos casos (pocos) si hay un sentimiento de culpa por
el hecho de no haber adquirido la obra "original" del autor. Es también
un hecho que alguien (uno o varios) se está enriqueciendo por esta
misma causa. En mi experiencia la "piratería" ha sido manejada por
las mismas casas productoras, haciendo mas copias de las contratadas y
quedándose con el diferencial de ganancias que esto produzca.
Pero
ahora la competencia es mas fuerte, está al alcance del usuario,
la tecnología ha venido a liberar este esquema permitiendo a un
particular cualquiera, tener la posibilidad de abrir una empresa legal
y formal sin la carga del pago de derechos.
El
formato UNIX se ha abierto a usuarios con capacidad para entender los sistemas;
por el contrario, el formato MP3 se ha difundido en aquellos amantes del
peligro al vérselas con la ley. En
el primer caso el free-ware (software libre) es libre en el entendido de
que puedes usarlo, modificarlo, copiarlo, regalarlo, venderlo, configurarlo,
etc. sin tener que dar mayores explicaciones a nadie, es tuyo de tu entera
propiedad, a diferencia del software de distribución normal, en
el cual lo que adquieres es únicamente el derecho a usarlo, y allí
acaban tus derechos. El caso del formato comprimido MP3, es un poco mas
complejo, ya que si cuenta con derechos, pero estos no están representados
ni sustentados, es decir, tu entras a una página de internet donde
hay a la venta piezas musicales en dicho formato, y adquieres una pieza
pago electrónico vía tarjeta de crédito, esta pieza
la transfieres a tu reproductor MP3 portátil o de automóvil,
y te encuentras con la policía antipiratería … Que procede?,
cargas tu estado de cuenta de cada pieza musical en este formato que poseas?,
por no tener las fuentes legales (CD o Casette) te van a arrestar?, Solo
te pondrán una multa por evadir impuestos?… La verdad es que nadie
sabe que hacer en tu caso, y normalmente este no es importante, pero si
se multiplica por todos aquellos casos como este alrededor del mundo, las
cifras pueden interpretarse en dolares con 9 ceros (mala tarde para el
productor).
La
operación hormiga que se ha desatado desde hace 4 años con
Linux y todos aquellos soñadores que comulgan con esta filosofía
es ya imparable, la inercia de copias legales y todos aquellos que viven
de esto es mayor que los beneficios que trae hacer las cosas "como marca
la ley", hay mas empleos, la gente se capacita, y la filosofía de
Software-libre avanza sin control, es posible que en los próximos
5 años (no creo que sea más tiempo), las legislaciones cambien
y la autoría de algún producto la paguen los gobiernos y
no los particulares, ya que los derechos intelectuales serán patrimonio
de la humanidad.
Se
han acabado las modas, las tendencias y su consecuente pago de "derechos",
ésta nueva forma de manejar las finanzas de autoría y que
se va a quedar en el mundo deja el campo libre para que triunfe el mejor,
debido a que hoy es el momento para todos aquellos dedicados a la creación
lírica piensen en un esquema en el que estas creaciones sigan
siendo un negocio para ellos, y de paso no estaría mal que los precios
fueran mucho más accesibles para el consumidor. |
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